Que patética sensación la de estar trasncribiendo ilegibilidades de la noche anterior. que desilusión, encontrarse con la certeza del trabajo de ordenar.
Es trabajo al fin y al cabo. El trabajo siempre es un poco maldito.
Para escapar de eso, es que voy a hacer magia, yo que una vez quise trabajar, me dí cuenta de que me había equivocado.
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